viernes, 21 de noviembre de 2014

Un pasaje



Me llamo Erica Anabel Gómez, estoy cursando 3° año del profesorado de Nivel Inicial. A continuación mi relato:

Miles de sensaciones rondaban en mi cuerpo la noche anterior a mi primer práctica docente. No pude conciliar el sueño, el miedo y la ansiedad se apoderaban de mí y muchas preguntas recorrían en mi mente; ¿Los alumnos me aceptarían?, ¿cumpliría las expectativas de mi profesora, señorita y  la directora del Jardín? y ¿cumpliría mis propias expectativas?, los esfuerzos de los últimos años de estudio por fin me darían certezas sobre mi vocación.

Llego el gran día, suspire hondo y me levante de la cama, mis pensamientos seguían sumergidos en las practicas hasta el momento de llegar al jardín. Unos instantes antes de ingresar me encontré con mis amigas, compañeras de prácticas, nuestras caras revelaban la incertidumbre del momento; ingresamos al salón esperando anhelosas la llegada de las seños de ambas salas.

Minutos después se acercaron las señoritas presentándose y comentaron de cómo eran los alumnos de cada sala, los cuales eran revoltosos, inquietos, hablan muchos entre ellos y las clases tipo expositivas no servían para estas salas. Luego de esa inquietante información ingrese a la sala correspondiente junto a mi par pedagógico.  Ya ingresados los alumnos al jardín, la maestra realizo una breve presentación ante ellos; al rato observamos que era certera la información que brindo la seño sobre el comportamientos de los niños.

Al finalizar el primer día de práctica como observante mis miedos se acrecentaron, como reaccionarían los alumnos conmigo, si con su docente actuaban de manera vertiginosa.

Con el pasar de los días, he podido intervenir en las clases, y es allí donde mis sentimientos comenzaron a fluir y cambiar, claramente los dos primeros días frente a la sala fueron dificultosos porque los niños sufren un quiebre en estas transiciones, ya sean para bien o mal, y en este caso puedo afirmar que fue algo positivo para ambas partes. Además logré confirmar que parte de la información que me brindo la seño de la sala no fue correcta, debido a que pude brindar clases expositivas a los alumnos. Por lo que pude formar mi propia opinión sobre las prácticas, que fueron tan gratificantes que me permitieron ver que voy por el camino correcto.

Toda la experiencia me demostró que poseo las herramientas primarias para desenvolverme ante una sala; pero más importante es que tengo la vocación de docencia arraigada.

lunes, 17 de noviembre de 2014

El Bullying: un tema para ser abordado
Me encontraba haciendo mi residencia en el último año del Profesorado, el curso en donde realizaba mi práctica, era 4° año.
Estaba escribiendo en el pizarrón unos datos y escucho a una de mis alumnas gritarle algo a uno de sus compañeros, que no alcancé a escuchar de qué se trataba. Por lo que me doy vuelta y digo ¿qué es eso de estar gritándose? y me responde uno de los varones, al que voy a llamar Diego, "¡aquella más india es!", entonces le miro a mi alumna a la que voy a llamar Sabrina, y me dice en voz alta "¡aquel me está diciendo negra y es más negro que yo!" haciendo referencia a Roberto, entonces miro a mi alumno que sólo sonreía y Sabrina no estaba equivocada, ambos eran morochos, sin embargo Roberto se "burlaba" de ella diciéndole "negra" en forma despectiva.
Decidí detener la clase para tratar de reflexionar con ellos sobre lo que estaba pasando en el curso, porque era evidente que varios de los alumnos varones estaban ejerciendo bullying sobre una de sus compañeras.
Entonces les explico que esa acción utiliza se llama bullying, y que es una situación que hace mucho daño a las personas que lo tienen que soportar y en la actualidad hay muchos adolescentes que terminan tomando la drástica decisión de suicidarse por no aguantar más ese acoso. En ese momento, Diego mirándola a los ojos le dice a Sabrina ¡sii suicidate!, entonces vuelvo a intervenir para llamarle la atención a Diego por su comentario. Les hablé también de que las personas no valen por lo que tienen o por su aspecto físico o por su color de piel, que todas las personas son iguales, sean rubios, morochos, pelirrojos. En eso vuelve a intervenir Diego y me dice "¡ah pero profesora los rubios tenemos más levante!", entonces seguí diciéndoles que no debían tratarse así, porque de esa manera están lastimando a las personas, porque a nadie les gusta que les traten mal, etc, etc.
Lo que traté de hacer en ese momento, fue hacerles reflexionar sobre lo que sufren aquellas personas que son víctimas de bulliyng, y tratar de lograr en ellos un sentimiento de empatía.
Personalmente creo que si hubiese sido mi curso, el abordaje de dicho conflicto hubiera sido diferente, porque hacerles reflexionar solamente diciéndoles lo que pienso o contándoles una realidad, no es suficiente teniendo en cuenta lo que está sucediendo actualmente con el acoso escolar.
Más allá de las materias que enseñemos, siempre debemos transmitir valores, ya que muchas veces no les son transmitidos en sus hogares, y fortalecer la inteligencia emocional. Esto no se trata de un cliché, se puede realizar, tomarse diez minutos para reflexionar sobre estos temas y le estaremos haciendo un gran bien a nuestros alumnos y a la sociedad en general. Es necesario darles herramientas para solucionar sus problemas, que no sea de manera violenta, en un mundo en el que todo es violencia.


¡Hola!
Mi saludo en este blog
Paula Escobar